El pavo del día de Acción de Gracias
Para muchas familias, el pavo de Acción de Gracias significa sobras. Hay carne de pavo, despojos y los huesos. ¡Conocer los tiempos para mantener las sobras de pavo frescas y seguras ayudará a que todos gocen de buena salud! A continuación, ofrecemos algunos consejos. ¡Buen provecho!
Los huesos del pavo
Para saber más sobre cómo conservar y usar los huesos del pavo, esté atento a nuestro próximo blog sobre cómo preparar caldo casero. Hasta entonces, congele los huesos a más tardar el lunes después del Día de Acción de Gracias.
Despojos o menudencias
Para algunas familias, las menudencias o despojos (por ejemplo, el corazón) pueden cocinarse y usarse para crear una salsa para el Día de Acción de Gracias. Otras familias deciden alimentar a sus mascotas con las menudencias. Si su hogar alimenta a sus mascotas con menudencias, querrá cocinarlas completamente a una temperatura interna segura de 165 ° F. ¿Por qué? Porque, al igual que ocurre con las personas, servir a su mascota carnes o aves de corral crudas o poco cocidas también puede causar enfermedades (aquí hay más información sobre la seguridad de los alimentos para mascotas).
Sobras de carne de pavo
Una vez que el pavo ha salido del horno, empieza la cuenta atrás hasta que el pavo no consumido debe regresar al refrigerador (a 32-40 ° F) y hasta cuándo las sobras se pueden comer o congelar para reducir el riesgo de que las personas enfermen.
La regla de las 2 horas:
- Refrigere las sobras dentro de las 2 horas. Esto detendrá el crecimiento potencial de cualquier bacteria que podría crecer a temperatura ambiente y con el pasar del tiempo.
- Si tiene una línea de buffet, asegúrese de que los alimentos calientes estén a 140 ° F para detener el crecimiento de bacterias que puedan causar enfermedades.
La regla de los 3-4 día para sobras:
- Una vez haya pasado el Día de Acción de Gracias, coma o congele las sobras (incluidos los huesos) a más tardar dentro de 3 a 4 días. A partir del martes después del Día de Acción de Gracias, comer o congelar las sobras puede representar un mayor riesgo de intoxicación alimentaria para su hogar. Esto es así especialmente para personas cuyo sistema inmunológico no es tan fuerte para combatir las infecciones, es decir: los niños menores de 5 años, las personas embarazadas, los adultos mayores de 65 años y las personas inmunocomprometidas, con enfermedades como diabetes o cáncer.