1. Lave la piel y corte la calabaza por la mitad a lo largo, en forma de cruz o en anillos de una pulgada. Si la calabaza está muy dura para ser cortada, póngala en el microondas o en el horno durante unos pocos minutos hasta que la calabaza se siente caliente al tacto y suficientemente suave para poderla cortar.
2. Extraiga las semillas y las fibras con una cuchara.
3. Cocine la calabaza en el horno. Debería ser fácil perforar la pulpa de la calabaza con un tenedor cuando esté lista. Elija una temperatura entre 350 y 425 grados. Cubra la bandeja del horno con un papel de hornear para facilitar la limpieza posterior. Para obtener un sabor “asado”, frote los bordes de la calabaza con un poco de aceite vegetal (opcional), ponga la parte cortada hacia abajo en la bandeja y hornee sin cubrir. Para conseguir una textura “al vapor”, añada ½ taza de agua a la bandeja y cubra con papel de hornear.
4. Revise si la calabaza está lista a los 40 minutos, aproximadamente. Se puede necesitar un poco más de tiempo si la calabaza es grande o si la temperatura del horno es más baja. La calabaza está lista cuando la cubierta puede ser perforada con un tenedor y se puede separar la pulpa en tiras.
5. Deje reposar durante 10 minutos o hasta que la calabaza esté lo suficientemente fría para poderla manejar. Emplee un tenedor para raspar con cuidado el interior de la calabaza y así preparar espaguetis, como si fueran tiras.
6. Añada aderezos a su gusto. Refrigere las sobras antes de 2 horas.

Receta cortesía de Maryland WIC