El agua permite a nuestro cuerpo:
• regular la temperatura
• eliminar los desechos
• lubricar y amortiguar
• y brindar protección a nuestra médula espinal y otros tejidos.
Mantenerse adecuadamente hidratado también puede ayudar a que nuestra piel y nuestro cerebro funcionen. Obtenemos parte del agua necesaria a través de los alimentos, principalmente frutas y verduras, pero beber líquidos es principalmente la manera de mantenernos hidratados.
Probablemente haya escuchado la recomendación de beber ocho vasos de 12 onzas al día para prevenir la deshidratación.
La deshidratación, incluso por períodos cortos, puede causar:
• sobrecalentamiento
• disminución de la capacidad cognitiva y cambios de humor
• estreñimiento
• y muchos otros problemas.
La regla general de beber al menos 96 onzas de agua se aplica durante todo el año, en climas cálidos y fríos. Ciertamente, sabemos de la importancia de beber agua en verano, cuando se hace ejercicio o cuando se está enfermo, pero incluso el invierno y el aire seco en interiores requieren que seamos diligentes para mantenernos hidratados.
Por nuestros horarios ocupados, a menudo podemos olvidarnos de beber suficiente agua. Tenemos que entrenarnos para beber agua con regularidad.
Algunos consejos para mantenerse hidratado incluyen:
- despertarse con un vaso de agua
- tener una o dos botellas de agua en el trabajo
- tener algunas botellas en su automóvil cuando haga mandados
- congelar una botella para llevar en excursiones
- servir agua durante las comidas
- y sustituir las bebidas azucaradas por agua con o sin una rodaja de fruta.
Sea cual sea la forma que elija, recuerde mantenerse hidratado, ¡para que así realice una importante contribución a su salud!